sábado, 14 de enero de 2012

Toma asiento,déjate llevar.Échale huevos y dime algo.

Natural, como la vida misma. Ácida, con pequeños momentos tiernos, muy de vez en cuando. (Ex)optimista, realista con ratitos para recrearme en mi imaginación. Creativa, futuro proyecto de publicista, despreocupada, (i)responsable. Soy de esas que pretenden ser perfectas pero se cansan a los diez minutos. Detesto tener que repetir las cosas más de una vez, me gusta que me digan lo maravillosa que soy, aunque nunca llego a creérmelo. Mas dura por fuera que por dentro.  Decidí crear este blog para escribirle al mundo lo que muchas veces no me atrevo a gritarle a las personas. Soy completamente bipolar, tozuda, y demasiado perseverante. Ni contigo ni sin ti, no es un blog, es mi espacio, dónde digo lo que quiero. Estoy dispuesta a recibir mil críticas, a aceptarlas, eso es otra historia. Bienvenidos al paraíso de la inconformidad, de la mala leche y de los quebraderos de cabeza. Tenéis pase VIP, podéis recorrer de arriba abajo mi vida, entre comas y puntos y apartes. Si al final esto te acaba gustando, es por que no somos tan diferentes, digo las cosas tal y como me salen de dentro, no le suelo dar vueltas a como expresarme porque me sale solo. No pretendo ser mejor persona, ni que los demás me vean como tal, quiero seguir siendo quien soy, y que muchas como yo se atrevan a enfrentarse a aquello que las retiene. Puede que sea una contradicción en mi misma, de hecho, me encanta no estar nunca conforme conmigo misma. Es algo que me hace tremendamente irresistible. Muchos me odian, pocos me adoran, pero los que lo hacen lo hacen lo mejor que saben. Digamos que este blog está hecho para descarga mi rabia, mi furia y mi adrenalina. Para ahogar las penas, para reírme de la vida y contarle un chiste al destino. No me considero la mejor, me considero la menos mala. Y con eso, es suficiente. Quédate si quieres, y si no, también te puedes quedar. Pero aquí nadie pasa desapercibido. Tenéis suerte de que no me veáis agitar la melena, porq.ue caeríais todos rendidos a mis pies. En una palabra: Soberbia

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